Ruth Kedar y la historia del logo más famoso


Julián María Iturrería 

especial para lanacion.com 

Son identidades que marcaron la historia. Letras, colores y formas que están presentes en todo el mundo. Hay logos que nó solo representan a una compañía, sino que marcan una época: sus ideas, costumbres y valores. 

Así como la caligrafía y el color rojo de Coca-Cola invadió el mundo a mediados del siglo pasado. O como Nike lo hizo a partir de los 80, Google se transformó en la bandera insignia del siglo XXI. 

Las letras de colores azul, rojo, amarillo, azul, verde y rojo, inspiradas en las famosas piezas de los bloques de Lego, tuvieron una madre. La diseñadora brasileña Ruth Kedar fue la responsable de sintetizar la identidad de Google y de una parte importante del siglo que comienza. Contó los detalles a LA NACION en conversación telefónica, desde su estudio de diseño en Mountain View, California. 

-¿Es consciente del ícono que creó? 

Me da mucho gusto ser parte de esta historia. Se tornó más popular de lo que uno se podía imaginar. Soy madre y como tal me alegra ver crecer a Google y a sus integrantes. Me doy cuenta de la magnitud cuando me conecto a Internet y veo mi logo. Es interesante ir a un lugar remoto, con distintas costumbres y sin embargo ahí esta el símbolo de Google. 

La historia de la diseñadora comienza en San Pablo, en 1955. O mejor dicho en Argentina, ya que su abuelo, inmigrante ruso, se radicó en el país a principios del siglo pasado. Pero, luego la familia se trasladó a Brasil y allí nació y se crió Ruth. 

En 1970 se fue a Israel donde vivió quince años y se graduó como arquitecta. En 1985 se mudó a EE.UU. para realizar una maestría en diseño en la Universidad de Stanford, la misma donde estudiaron Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google. 

Siendo profesora en Stanford, en 1999, Kedar entró en contacto con Page y Brin, ya que los nuevos emprendedores necesitaban un logo para su nueva empresa. Después de algunas pruebas y entregas quedó contratada. 

-¿Cómo fue trabajar con Page y Brin? 

-Me dieron muy buena impresión. Tenían una visión muy clara y lúcida de lo que la compañía tenía que ser. Y me di cuenta que ellos tenían la cultura bien clara, la fibra de la marca. Es que son compañeros. Y tienen la misma visión de las cosas. Era algo muy distinto de lo que había en aquel entonces. Era algo bien puro. 

-¿Qué le pidieron para diseñar el logo? 

No me pidieron nada estricto. Cuando hago un trabajo yo hablo con mis clientes. Los veo actuando; trató de observar cómo son y desentraño la personalidad que está detrás de la compañía. Ellos buscaban algo simple, que no sea demasiado serio. Parecía una dicotomía, porque eran muy serios en su trabajo, pero irreverentes. No querían hacer lo mismo que hacen los grandes. Creían en ese producto. Por lo tanto no siguieron un manual, hicieron las cosas como a ellos les parecía. 

Un logo de cuatro meses 

Trabajaron en equipo durante cuatro meses hasta que se logró el logo definitivo. Por ese entonces, Google ya crecía rápidamente. Tenían una oficina en Palo Alto, donde trabajaban ocho empleados. Los colaboradores de Google se habían triplicado y el servicio respondía más de 500 mil solicitudes por día. 

En pocos meses más el tráfico pasó a más de 3 millones de búsquedas por día. Y se multiplicaron las tareas. Por eso necesitaban un lugar más grande: el conocido Googleplex, actual cuartel general en Mountain View, California. También crecían los ingresos de la empresa. Hasta alcanzar una capitalización actual de mercado de 150 mil millones de dólares. Además encabeza el ránking mundial de marcas BrandZ top 100 elaborado por la consultora Millward Brown. 

-¿Le pagaron bien por su trabajo? 

-Era una buena propuesta. Pero no me pagaron en acciones. Me pagaron en efectivo (ríe). 

-Hubiera sido una buena idea cobrar en acciones 

-Sí, de todas formas estuvieron muy bien. Me pagaron a tiempo. 

-Hoy ese logo cuesta mucho más... 

-Probablemente sí. Pero en la actualidad su valor no es sólo estético. Su valor actual viene de lo que la compañía es. 

-¿Le sorprende que siga vigente, a casi diez años de su creación? 

-Para mí es muy importante. Un logo debe servir a la compañía. La verdadera prueba es si se puede desarrollar junto con la empresa. En este caso no lo tuvieron que cambiar. Hay otros logos que son más puros en cuanto al sentido estético. Pero lo que vale es que sirva a la empresa que está detrás. 

Y Google sigue adelante. La misión de la empresa, según explican desde dentro del gigante, es el motor: "Organizar toda la información del mundo y hacerla accesible y útil". Ambiciosa.Los fundadores estiman que en 300 años se podría alcanzar esta meta.Hasta ahora mal no les va. Tienen una base de datos de 1 trillón (1.000.000.000.000.000.000) de URL´s indexadas. 

La base de su éxito también se funda en su dicotomía seriedad-desparpajo. Creativos, innovadores, se les ocurrió que era divertido modificar el brand, que es la bandera de la compañía. Así, en distintos aniverasarios y fechas, como navidad y año nuevo, el logo muta a nuevas formas. 

-¿Le molesta que modifiquen el logo en fechas especiales? 

Me parece una idea maravillosa. No me molestó, al contrario me da placer verlo. 

Como cualquier madre verdadera. No se frustra si su hijo crece y cambia. Sino todo lo contrario, se alegra. 


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